domingo, 27 de mayo de 2012

Biología molecular para el cardiólogo clínico: de una entelequia a una necesidad


En el desarrollo de nuevos fármacos se ha avanzado mucho en su diseño racional basado en la estructura proteica, la tecnología del ADN recombinante, y en los métodos para utilizar la selectividad del lugar de combinación del anticuerpo como un medio analítico.
Debe recordarse que el primer fármaco obtenido por ingeniería genética fue el rt-PA, derivado de la clonación y expresión del gen activador tisular del plasminógeno.
La facilidad con que las técnicas de ingeniería genética permiten la clonación y expresión de nuevas proteínas y la modificación de proteínas conocidas ha facilitado la identificación de activadores del plasminógeno más selectivos para la fibrina y con mejor farmacocinética como el r-PA o el TNK-tPA.

Actualmente es posible, pues, restituir los genes que faltan en algunas patologías como ocurre en el déficit
del receptor de las LDL, reprimir genes que contribuyen a una enfermedad, como se hace en los modelos de restenosis postangioplastia, o aumentar la expresión de algunos de ellos, como en el caso de los implicados en la activación del plasminógeno tisular. La importancia de este nuevo tipo de investigación ha revolucionado el mundo académico. Así, los centros de cardiología de reputación internacional han realizado grandes inversiones en instalaciones y personal de laboratorio para poder mantener su actividad investigadora al más alto nivel.




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